domingo, 7 de febrero de 2010

El Palacio del Vizconde: LA CASA GRANDE



El Palacio del Vizconde


Creado el Vizcondado de Los Villares por reales decretos de Felipe V expedidos el 15 de septiembre de 1.707 y 2 de mayo de 1.708 y personalizado el título en D. Francisco de Zeballos y Villegas Sainz y Solórzano (1.655-1.709), pronto la familia Zeballos quiso remodelar la gran casa solariega que poseía en el pueblo, transformándola en un edificio representativo de su condición nobilana.
El resultado fue el actual palacio, más conocido en el pueblo como la Casa Grande.
La fachada principal algo desfigurada por modernas remodelaciones, presenta la disposición propia de las casas señoriales típicas de la arquitectura giennense del siglo XVIII. El ingreso se realiza por una puerta adintelada de severa decoración. Sobre la puerta el tradicional balcón señorial. Y coronando la fachada la habitual solana abierta en ocho arcadas de medio punto coronadas por elegante alero.
Toda la fachada está realizada en excelente sillería.

En el interior se conservan algunos detalles de interés, entre los que destacan el patio que organiza el edificio, la señorial escalera cubierta por graciosa bóveda, algunas ménsulas y zapatas de labradas maderas y restos de pinturas y artesonados.
Es sin duda el edificio de arquitectura civil más notable del pueblo, por lo que merecería una rehabilitación que resaltara su primitiva estampa.

La casa de los vizcondes de los Villares es de la de mas antigua y esclarecida nobleza del reino de Jaen,fué Don Francisco de Ceballos y Villegas, caballero del hábito de Santiago y veinticuatro de la ciudad de Jaen, á quien el rey don Felipe V, en el año 1700, hizo merced de dicho titulo y del señorío de la villa de los Villares para sí y sus sucesores

(1).

Don José María de Careaga y Ceballos, 6.° vizconde y señor de los Villares, fué caballero maestrante de la real de Granada y diputado por la provincia de Jaen en la jura de nuestra augusta soberana Doña Isabel II, mereciendo en dicha ocasión ser nombrado gentil-hombre de cámara (2).


Las armas de esta preclara casa son: Escudo cuartelado; el 1.° fajado de plata y sable, orlado de dos órdenes de jaqueles de los mismos esmaltes, sobrepuesta en abismo una cruz de gules como la de Calatrava ; bordura de plata con esta divisa: CEBALLOS РАRА VENCELLOS ES ARDID DE CABALLEROS.

El 2.° de plata y un sauce arrancado de sinople cargado de un escudo á la antigua, de oro, con cinco panelas de sinople puestas en sautor; bordura de plata cargada de un ramo de gules. El 3.° cortado y medio partido; 1.° de gules aspado de oro; 2.° de sinople y tres haces de sable; 3.° de plata y un árbol; orla de sinople cargada de nueve granadas; bordura de plata con esta divisa: BARRIERON Á LOS ENEMIGOS HASTA EL MAR. Por la linea que separa la orla de la bordura salen los estremos de la cruz de Santiago.

El 4.° de gules y un castillo de oro; partido de sinople y una banda con dragantes acompañada de cuatro luceros, todo de oro; bordura de plata cargada de un ramo de gules.

Está el escudo adornado con trofeos militares y sumado de la corona de vizconde (3).



NOTAS
(1) Apuntes genealógicos:
I. Casó con Doña Ana Maria Lopez de Villalobos, sucediéndole en el espresado título y señorio su hijo
II. Don Gabriel Francisco de Ceballos Villegas y Villalobos, que casó con Doña Isabel Salcedo, tuvo por hijo y sucesor á
III. Don Francisco de Ceballos y Salcedo casó con Doña Elvira Escovedo y Serrano.
IV. Don Gabriel de Ceballos y Escovedo, hijo del anterior, casó con Doña María del Hierro y Rojas; y tuvieron por hija y sucesora á
V. Doña María de la Concepcion Ceballos y Hierro, 5.ª vizcondesa de los Villares, que casó con Don Miguel Avis Venegas de Careaga y Marin, que fue despues marques de Torre-Alta; sucedió á dicha señora su hijo primogénito
VI. Don José María de Careaga y Ceballos.

(2) Falleció en el año 1853, recayendo el mencionado título de vizconde de los Villares en su inmediato sucesor é hijo mayor Don Miguel de Careaga y Heredia, actual marqués de Torre-Alta.

(3) Documentos auténticos existentes en los archivos del señor marques de Torre-Alta y vizconde de los Villares.
Descripción
El volumen construido, que descansa sobre sótano con bóvedas de piedra, es de dos plantas comunicadas por una escalera que arranca desde una esquina del patio.
Los muros son de ripio y tapial de notable espesor; los forjados de rollizos y en la configuración del patio principal se emplearon jácenas de gran escuadría. El sistema de cubrición es también leñoso, con armaduras de parhilera y de limas bajo teja árabe.


Palacio del Vizconde, Los Villares (Jaén)
En el centro de la construcción se sitúa el patio principal, existiendo otro secundario o huerto en la parte trasera. El patio principal, de planta cuadrada, se halla reducido visualmente de sus proporciones originales al añadírsele tabiques que permitieron proteger dos de las galerías y habilitar como habitación una tercera, quedando hoy sólo expedita la panda norte.
Como consecuencia de dichas modificaciones, se alteraron los elementos de madera entre los que destacan las grandes zapatas con decoración de volutas, espirales, cruces, etc. Son también de mencionar algunas puertas de casetones.
Del ángulo nordeste del patio arranca la escalera, de un solo tramo, cubierta por una media naranja decorada con florón central y sostenida por pechinas decoradas por pequeñas cabezas de querubines en yeso. La cima de la escalera ofrece en alzado doble arco de medio punto rebajado que separa un machón de fábrica.
La primera planta alberga estancias destinadas a dormitorios con conchas de yeso en los dinteles de entrada. En la segunda planta hay tres cámaras, entre las que destaca la que da a la fachada de calle Jardín, abierta con una galería de ocho arcos de medio punto.
La portada, situada bajo esa arquería, es alta y sobria y se conforma por sencillas pilastras toscanas que flanquean el vano adintelado.


En la actualidad se encuentra en proceso de rehabilitación por el Ayuntamiento, como se refleja en este articulo del periodico IDELA:El Ayuntamiento de Los Villares acaba de adquirir la Casa Palacio del vizconde de Los Villares, una casa señorial, en el centro del municipio, que perteneció a este noble allá por el siglo XVI, y que se ha mantenido en pie debido a que ha permanecido habitada hasta nuestros días. Ahora, el consistorio villariego ha llegado a un acuerdo con los propietarios y pretende convertir este edificio en un lugar público, donde compartan espacio tanto las diferentes asociaciones como un museo de artes y costumbres del pueblo. Todo, si el presupuesto lo permite, según afirma la alcaldesa, Carmen Anguita.

La historia de este edificio se remonta al siglo XVI, cuando el llamado vizconde de Los Villares veraneaba cada año en este pueblo. Se construyó allí una casa que tenía vistas al Ayuntamiento y a la iglesia. «Pasaron los años y con el tiempo se construyeron edificios delante de esta casa, que quitaron las vistas que tenía a la iglesia. Fue entonces cuando el vizconde se enfadó, vendió la casa a unos vecinos del pueblo y no volvió a veranear aquí», explica la alcaldesa.

El caso es que hasta ahora el edificio se ha mantenido en manos privadas. «Acabamos de comprarlo, pero hemos permitido a la mujer que aún reside en él que se mantenga ahí hasta que consigamos el presupuesto para poder llevar a cabo la rehabilitación».

Y es que, aunque la casa se mantiene en un relativo buen estado, es necesaria una profunda rehabilitación. «Es un proyecto de mucha envergadura. Por lo pronto, el Ministerio de Fomento se ha comprometido a ayudarnos con la rehabilitación, pero el problema es que primero hay que presentarle un proyecto, que tiene que elaborar un arquitecto y que tiene un coste muy elevado, con lo que habrá que estudiar cuando podemos incluirlo en los presupuestos. La verdad es que los ayuntamientos cada vez tenemos más competencias y menos financiación», asegura Anguita.

Cuadros

El caso es que por lo pronto no hay fecha para encargar el proyecto ni para que se pongan en marcha las obras, pero lo que sí está claro es el contenido que se le dará a esta casa en el futuro. «Aquí hacemos muchas exposiciones de cuadros y sobre todo, nos gustaría crear un museo de artes y costumbres populares, con muchos de los elementos antiguos que tienen guardados los vecinos del pueblo», explica Anguita.

También será un espacio para las distintas asociaciones que existen en el pueblo, un lugar donde puedan reunirse habitualmente y realizar sus trabajos.

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